Señor, Tú eres el único dueño de la vida. Nos concedes el regalo de nacer con un propósito, y de la misma forma cuando ya lo hemos cumplido nos llamas a tu Reino de paz, cuando Tú consideras que nuestra misión en este mundo ya está cumplida. Ni antes ni después.
Hoy deseo presentarme ante Ti con profunda humildad y seguro que mi petición será escuchada.
Hoy quiero implorar por el alma de (nombre del difunto) a quien has llamado para descansar a tu lado.
Elevo esta oración para Ti, Señor, porque incluso en las peores tempestades Tú eres infinita paz.
Padre eterno, concédele el descanso en el paraíso de tu Alma y de tu Reino a quien ya ha abandonado este plano terrenal.
Tú eres un Dios de amor y perdón, perdona las faltas y pecados de esta alma que ahora está a tu lado y concédele la vida eterna.
También te pido, Padre, por todos a los que les ha tocado llorar la partida de alguien, ábreles tu corazón y abrázalos con tu amor. Otórgales sabiduría, para que así logren entender qué está pasando. Dales paz para que puedan estar calmados en momentos difíciles. Dales osadía para que logren superar la tristeza.
Gracias, Señor, por escucharme hoy con esta oración que con devoción elevo hacia Ti, para que en misericordia y paz brindes tranquilidad a quienes en este momento no la tienen.
Guía los pasos de las personas que ahora se encuentran desconsoladas y hazlas disfrutar de la dicha de la vida. Amén.
Gracias, Padre.
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