Oh, San José, tú ́que fuiste quien más cercano vivió ́a María y Jesús, y que tu protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos de consagrarme a Jesús por medio de María. Ayúdame, San José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones espirituales de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, y de tu esposa la Santísima Virgen María, a quienes protegiste, alimentaste, cuidaste y acompañaste mientras viviste con Ellos, de modo que, al confiarme, aquí ́en la tierra, a tu poder celestial, te tribute yo mi agradecimiento y homenaje.
Oh, San José, nunca me cansare ́de contemplarte con el Divino Niño Jesús durmiendo en tus brazos. No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Así que abrázale en mi nombre, besa por mí ́su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro. ¡San José, ruega por mí! y que esta Consagración que hago a Jesús por medio de María se imprima en mi corazón transformándolo; protégeme con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo tuyo y sostenido(a) por tu auxilio, pueda santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar la eterna bienaventuranza en el cielo. Amén.
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