viernes, 28 de enero de 2022

LA TUMBA DE LAS ONDAS (Luis Felipe Contardo)

LA TUMBA DE LAS ONDAS

"Ayer se ahogaron en el río... las
niñas... y... que hacia solo un mes
habían abandonado el colegio".

(Crónica de los diarios).


Desnudo el albo cuello, recogido el tesoro
de las trenzas, en medio del río soñoliento,
son dos lirios que yerguen su corona de oro
en la gloria del agua y del sol y del viento.

El eco de las risas juveniles se pierde,
vibrando, en el silencio de la inmóvil floresta,
donde, aún tibias, las ropas, bajo el follaje verde
blanquean, como garzas que adormeció la siesta.

Dos tórtolas se empinan sobre una seca rama
por oír la rapsodia que hasta el barranco sube...
Hay locos palmoteos: y el bosque desparrama
un bullicio de pájaros, y de hojas, una nube. 

-¡Más adentro! ¡Hacia adentro! ¡A alcanzar el remanso!
-¡No! ¡no! ¡que estas. corrientes son traidoras y malas!
-¡Sígueme!
-¡No! que hay riesgo.
-¿Te quedas?... ¡Yo me lanzo!
Y avanzó con los brazos abiertos, como alas...
Tras ella, la otra niña, tímida y anhelante,
repetía -"Detente! ¡Tengo miedo! ¡Detente!
-Adelante! 
-¡Hay peligro!
-¡Adelante! ¡Adelante!...
Después un ¡ay! unísono resonó. La corriente.

Asió los albos cuerpos con su garra implacable;
rápida más que el rayo, los arrastró, lo mismo
que dos flores tronchadas, al raudal insondable...
¡Y un trágico silencio flotó sobre el abismo!

¡Oh tumba misteriosa! ¡Oh fría y ancha tumba
de un poema de vida, de juventud, de ensueño!
¡Oh muerte, en cuyos antros lo mismo se derrumba
que el fruto ya podrido, el capullo risueño!...

Desventurado el hombre si ante el misterio grave
del sepulcro, no viese, para calmar su anhelo,
que al abrirse una fosa, el alma, como un ave,
tiende las blancas alas hacia el azul del cielo!...

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