Señor Jesús, ten piedad de nosotros y concédenos la paz y la unidad. No permitas que nos soltemos de tus manos y danos un corazón capaz de amar como Tú nos amas.
María Madre, auxílianos en estas difíciles horas de la tribulación, sé nuestra fuerza y consuelo. Cúbrenos con tu manto y que la sangre de tu bendito Hijo nos proteja de todo mal.
Ten piedad, Señor, de nosotros, los que a Ti nos encomendamos. Te lo rogamos por tus méritos y los de tu amorosa Madre. Ten piedad y sé nuestra Roca y Baluarte. Señor, no mires nuestras miserias y pecados, sino la fe de tu Iglesia que clama tu socorro.
Madre Santa, Tú eres nuestra comandante, dirígenos por el camino que al Señor le agrada. Danos, Señora, las armas necesarias para hacer de este mundo un espacio de amor misericordioso, donde ningún hermano sufra.
Te lo rogamos, Señor, por la intercesión de María Santísima. Por sus méritos te lo pedimos, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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