Vigílame cuando rezo para que no ceda a las distracciones de la vida. Sostenme con tus consejos para vivir como un buen cristiano y ayúdame a cumplir las obras de generosidad. Defiéndeme de los engaños del maligno y socórreme durante las tentaciones para que pueda vencer en la lucha contra el mal.
Oh mi querido Ángel de la Guarda, recito esta oración para pedirte que permanezcas siempre a mi lado y que no dejes nunca de ser mi Ángel de la Guarda, hasta que yo sea llamado al recinto del Señor, donde adoraremos juntos por toda la eternidad a Dios nuestro Señor. Amén.
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