Oh Padre Pío, puro de corazón, has vivido plenamente en la oración y en el amor de Dios. Ayúdanos a dar gracias y adorar al Señor, sin fatigarnos nunca en nuestra oración, porque su amor es eterno. Padre Pío, otórganos el proceder de buenos cristianos, danos una fe cariñosa y silenciosa.
Padre Pío, te dirijo mi oración, socorre nuestro corazón en la hora de la prueba. Si somos indignos y cedemos a la tentación, asegúranos el camino para la expiación de nuestros pecados. Ayúdanos a buscar el sacramento del perdón como abrazo de paz.
Enséñanos a orar y amar con mayor devoción a la Virgen María, Madre de Jesús y Madre nuestra. Padre Pío, hijo espiritual de san Francisco de Asís, otórganos un corazón altruista. Enséñanos a reconocer el rostro de Jesús en los que sufren y están en necesidad, a ser generosos sin pensar en la recompensa terrenal.
Padre Pío, has vivido plenamente en la Gracia Divina, y con el poder del Espíritu Santo has sido un gran realizador de milagros. Padre Pío, en ti confiamos y estamos seguros de que intercederás por nosotros obteniendo la gracia que necesitamos.
Padre Pío, quédate con nosotros durante nuestro peregrinaje terrenal, danos la esperanza de alcanzar el Cielo para contemplar, por los siglos de los siglos, la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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