SINFONÍA DEL AÑO
PRIMAVERA
I
El germen revive y horada la tierra;
el césped despunta y el suelo recama;
las bardas de hojas deshacen sus brotes
mostrando en sus puntas las lilas moradas.
Cepillo de piedra
la guija, hace locas virutas del agua.
E1 alma revive,
y el sol elabora con rayos de oro
la flor en la rama.
II
Su muestrario de colores
despliega la mariposa,
y por el verde capullo
asoma, viva, la rosa.
III
Rondan las abejas los frescos rosales;
echan sus penachos los cañaverales;
dejan los reptiles su sueño tranquilo,
y baja la araña pendiente del hilo.
IV
El manantial en la fronda
su música hace sonar;
una gota hace tilín;
y otra gota hace talán.
V
Su cuerpo de culebra
escurre el manso viento;
remueve los ramajes,
orea los insectos,
el dedo unta en las flores
y chúpalo sediento;
fatígase, se afana,
y á tierra echando el vuelo,
reclina la cabeza
en un botón abierto.
VI
Inquieta y movible,
pequeña y redonda,
es duende del agua
la burbuja loca.
El iris la pinta,
el aire la sopla,
su origen la crea
pupila graciosa.
Es punto de randa,
lunar de la toca,
brillante movible
que tiembla y que flota.
Borda las orillas,
engarza la roca,
las flores salpica,
y el musgo corona.
Dejadla que brinque,
dejadla que corra
la idea del agua,
la burbuja loca.
VII
El pez en el estanque,
deshecho el duro hielo,
desliza bajo el agua
su góndola de fuego.
VIII
De fimbrias vistosas recámase el prado;
el lirio enarbola su hisopo morado;
enredan las zarzas sus velos obscuros,
y van las madreselvas sobre los muros.
IX
Rezan las beatas el santo rosario;
sube el Nazareno al monte Calvario;
se abren las iglesias medrosas y opacas,
y en la torre suenan las roncas matracas.
X
El ave humana, la golondrina,
se cuela, sin permiso, por las ventanas;
lanza píos sonoros bajo los techos,
ruido de abanicos forman sus alas.
Recostado en su cuna la mira el niño,
que tras su vuelo errante la vista vaga;
a la madre le pide que la detenga
y ella finge ademanes para alcanzarla.
La que llevó lazo azul,
vuelve con lazo de grana.
¡Es el querido recuerdo
de otros seres y otra patria!
XI
Cesó el arisco gato
en su romanza ronca,
y comenzó a seguirla
la cándida paloma.
XII
Forma la lluvia sus chasquidos huecos,
desfleca el aguacero su cortina,
y una linea de sol rubia y divina
brilla y traspasa los radiantes flecos.
Alzando el agua susurrantes ecos,
imita en el rosal su cavatina;
el rumor de las trompas en la encina,
y ecos de caja en los arbustos secos.
Cubre el agua los términos distantes;
Abril baña sus tintas y colores,
para lucirlos luego más radiantes.
Joyas son los capullos y las flores,
y de un tropel de chispas de diamantes
los empiedra la luz con sus fulgores.
XIII
Las flores del almendro
y las de obscuro tono
violetas delicadas
de cáliz oloroso,
tuvieron una apuesta
en un jardín frondoso,
a ver cuáles salían
más bellas y más pronto.
XIV
Redondo traza el pájaro
su misterioso nido,
igual que la corona
del manso Jesucristo.
E1 algodón del sauce
y el blanco del espino
recoge de los bosques
para enguatar su asilo.
Adórnalo con plumas
de su ropaje mismo,
y pone a sus hijuelos
en el caliente círculo.
XV
E1 cisne limpia su pluma,
echa a las ondas su nao,
y se desliza solemne
por la Venecia del lago.
XVI
Cuájase la ayosa,
se anima el aprisco,
y a jugar a la alegre rayuela
van los chiquillos.
XVII
Estación hermosa,
dulce primavera,
¡a tu impulso florecen las almas
y es nido de amores la tierra!
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