La Virgen María
penaba y sufría.
Jesús no quería
dejarse acostar...
- ¿No quieres?
- No quiero.
Cantaba el jilguero...
sabía a romero
y a luna el cantar.
La Virgen María
probó si podía
del son que venía
la gracia copiar.
María cantaba;
Jesús la escuchaba;
José, que aserraba,
dejó de aserrar.
La Virgen María
cantaba y reía.
Jesús se dormía
de oírla cantar.
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