San Guillermo de Vercelli, tú fuiste un padre para tus monjes y un pastor para tu gente. Ruega por nosotros para que podamos recuperar la vista, para que podamos ver, con los ojos de nuestros corazones y almas, la presencia de Dios en y alrededor de nosotros. Enséñanos a alimentar nuestros viajes espirituales con la oración para que nosotros también podamos ser instrumentos de la luz de Dios y de amor a los demás. Con el mismo espíritu fraterno de san Benito, ayúdanos a ser personas de hospitalidad y permitamos que nuestro trabajo se convierta en oración y encontremos a Dios en cada uno de nosotros. Amén.
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