"No juzguéis" (Mt 7,1-5)
Señor Jesús, gracias. Necesito este evangelio. ¡Qué fácil me resulta hablar, comentar, opinar y sentar cátedra de lo que sea! ¡Qué facilidad tengo para solucionar la vida y las situaciones de los otros y cualquier circunstancia, hablando por no callar y juzgando lo que hacen y cómo lo hacen! Dame la fe y la capacidad necesarias para entender en profundidad ese "no juzguéis".
Señor Jesús, que ante lo que los otros hacen, dicen, piensan, deciden, omiten, creen y esperan, no juzgue. Que aprenda a ponerme en lugar de los demás, que rece por ellos, que intente acompañarles en la medida que yo pueda y ellos lo necesiten. Que sea para ellos luz, bálsamo y ungüento. Que sea en todo ayuda y abrazo.
Señor Jesús, que sea capaz de ir más allá de las apariencias, que busque y camine en verdad, que como Tú, lejos de juzgar, escuche y atienda con el corazón. Que busque siempre el bien de los otros. Que al verles te vea. Que al escucharles, te escuche. Que no me deje llevar por mis ideas, por mis prejuicios y mis seguridades. Que en mí los otros encuentren confianza y posibilidad. Que nadie se vaya nunca de mi lado sin hallar en mí una mirada colmada de misericordia.
Así te lo pido. Así sea.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».
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