Gloriosa y feliz santa Oliva, perseverante virgen y mártir, ejemplo de rectitud y fortaleza que aún siendo tan joven fuiste una gran discípula de Jesús, guardando para Él tu castidad por encima de todas las cosas y llevando la verdad del Evangelio a todo aquel que contigo se encontraba, gran virtud que te ha hecho merecer los dones que Dios te ha otorgado en el Cielo.
Caritativa y piadosa con los enfermos ya en vida practicabas milagrosas curaciones, no había enfermo al que no cuidaras, ayudaras, sanaras... tanto de cuerpo como alentando su alma.
Por eso recurro a ti, para que intercedas por mí y que Dios me restaure las fuerzas que mi penosa enfermedad me provoca, junto con malestares, dolores y pena. Mi vida se ha vuelto un calvario y yo no tengo la misma valentía de la que tú hiciste gala durante toda tu vida.
Ayúdame también a llenarme de su divino amor y lo lleve siempre en mi corazón sin importarme los peligros, miedos y acechanzas, y que lleno de este sublime amor encuentre, junto con la salud, la alegría y la felicidad de disfrutar de esta maravillosa vida que Él me ha dado.
Te pido, si es para mayor gloria de Dios, que me ayudes a sanar, o por aquellos seres queridos que están enfermos, tú puedes orar por ellos y sanarlos, porque eres por tus méritos favorita del Señor y nada ha de negarte.
Comparte hoy conmigo la alegría con la que tú vivías, y llévame por el camino de la devoción hacia Jesús. Amén.
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