sábado, 11 de junio de 2022

EL GIGANTE Y EL ENANO

Un gigante y un enano se disputaban el mando de un país que se extiende a muchas leguas del nuestro.
No se ponían de acuerdo los partidarios de uno y otro candidato hasta que, por indicación del gigante, que era muy egoísta, se quedó en que gobernaría el territorio quien fuera más rápidamente a dar una noticia y quien levantara mayor peso de una vez.
El enano aceptó, pero pidió tres meses de plazo, que le fueron concedidos.
Pasados los tres meses, todos los habitantes se reunieron para presenciar la contienda. Se dio la  salida para ir a dar la noticia.
El gigante no tardó en tragarse el camino corriendo a grandes zancadas, pero cuando llegó al sitio convenido ya sabían la noticia, porque el enano la había comunicado por un teléfono que instaló durante los meses de plazo.
Vino luego la segunda prueba. El gigante levantó con sus fuertes brazos una piedra de cien arrobas. El enano, valiéndose de una gran palanca, levantó una de doble peso. El pueblo aclamó vencedor al enano.
Esto demuestra que se llega más lejos empleando la inteligencia que la fuerza. 

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