martes, 22 de noviembre de 2022

MEDITACIÓN MARTES XXXIV TIEMPO ORDINARIO C (P. Damián Ramírez)

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,5-11

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».


"Mirad que nadie os engañe" (Lc 21,5-11) 

Señor Jesús, por todos los sitios escuchamos cantos de sirena: “No te compliques, la vida es mucho más sencilla de lo que crees”, “no te metas demasiado, no merece la pena”, “no te comprometas tanto, luego te darán una patada y si te he visto no me acuerdo”, “ven con nosotros, aquí todo te va a ir fenomenal y sin esfuerzo ni sacrificio ninguno”, “creer no sirve para nada, déjate de cuentos y vive la vida”.

Y, Señor Jesús, cada vez que escuchamos este tipo de mensajes, dependiendo el momento en el que esto suceda, hasta nos entran dudas: “¿Estaremos tirando la vida por la ventana? ¿Estaremos consumiéndonos en causas absurdas? ¿Será verdad que Dios se ha olvidado definitivamente de nosotros? ¿Será que nos engañan?

Pero Tú, Señor Jesús, nos dices con claridad: “Mirad que nadie os engañe”. Mirad que nadie os dijo que esto era fácil, que para poder ganar la vida hay que perderla, que se consume de igual modo una vela encendida que se comparte que una que llamea sola, que todo lo externo pasará, que lo que permanece es lo que te habita, lo que experimentas, lo que da vida.

Señor Jesús, en nuestra oración de hoy te pedimos que nos concedas el don de la fe. Que nos fiemos más de tu Palabra. Que estemos atentos. Que nos mantengas despiertos para saber reconocerte y saber reconocer los signos de tu Reino.

Así te lo pido. Así sea.


MEDITACIÓN DEL PADRE DAMIÁN





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