Oh, mi Jesús, ayúdame en mis momentos de gran necesidad. Tómame en tus brazos y llévame al refugio de tu Corazón. Enjuga mis lágrimas, calma mis decisiones, levanta mi espíritu y lléname de tu paz.
Por favor, concédeme mi especial petición (mencionarla aquí...). Ven en mi ayuda, para que mi petición sea contestada, y que mi vida pueda volver a estar en paz y en unión contigo, querido Señor. Si mi petición no puede ser concedida, entonces lléname con las gracias para aceptar que tu santa voluntad es por el bien de mi alma y que yo permaneceré fiel a tu Palabra, por siempre, con un cálido y agradecido corazón. Amén.
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