MEDITACIÓN LUNES VI DE PASCUA C (P. Damián Ramírez)

“También vosotros daréis testimonio” (Jn 15,26-16,4a)

Señor Jesús, de nuevo comenzamos una semana en la que nos gustaría ser testigos tuyos, dar testimonio con nuestra vida de que tu amistad y tu alianza con nosotros es más fuerte que todo lo demás. De nuevo nos convocas, una jornada más, para que seamos amarre en medio de la tormenta, faro en los momentos de oscuridad, motivo de alegría para con todos y signo de esperanza. Aquí nos tienes.

 

Señor Jesús, me gustaría dar testimonio con mis palabras: pon en mis labios aquellas que crees que los demás necesitan, aquellas oportunas para cada ocasión, aquellas que animan, que renuevan y dibujan posibilidades. Hazme hoy palabra tuya en medio del mundo.

Señor Jesús, me gustaría dar testimonio con mis gestos: gestos cercanos, que hablen sin pronunciar palabra, gestos de compasión, de misericordia, de sencillez, de sencilla humanidad. Hazme hoy gesto tuyo en medio del mundo.

Señor Jesús, me gustaría dar testimonio con mis acciones: inspira en mí aquellas que alivien a los otros, que apoyen a los otros, que hagan más felices a los otros, que reconstruyan puentes, que afiancen acuerdos, que fomenten el diálogo, que busquen la paz. Hazme hoy acción tuya en medio del mundo.

Señor Jesús, hazme testigo tuyo desde esta fe cotidiana y sencilla que tengo, de modo que se cumpla en mí tu Palabra y también yo dé testimonio de tu historia en mí y de mi historia en Ti. 

Así te lo pido. Así sea.

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 26 — 16, 4a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».

MEDITACIÓN DEL PADRE DAMIÁN