martes, 17 de mayo de 2022

MEDITACIÓN MARTES V DE PASCUA C (P. Damián Ramírez)

"La paz os dejo, mi paz os doy" (Jn 14,27-31a) 

Señor Jesús, ¡cómo me gustaría poder vivir en paz! ¡Cómo me gustaría ser instrumento de tu paz! ¡Cómo me gustaría experimentar esa paz que Tú nos dejaste, esa que lejos de dejarnos tranquilos y cómodos, nos llama al compromiso y a involucrarnos activamente en el proyecto de mejora del mundo que es tu Evangelio! Hazme una persona de paz. 

Señor Jesús, pero echando la vista a este mundo nuestro me pregunto dónde está esa paz tuya, esa que nos dejaste y nos diste, esa paz que se supone que debe reinar entre los seres humanos, esa paz que necesitamos para poder construir y practicar una fraternidad a la que estamos llamados y que debería hacernos a todos iguales y al mismo tiempo únicos. Haz que descubra esa paz tuya que habla de vida y resurrección. 

Señor Jesús, necesitamos paz. Paz verdadera. Paz de la que no pide cuentas. Paz que reconcilia. Paz que nos vincule con nosotros mismos y con los demás. Paz que nos hermane. Paz que reabra puertas, que ensanche caminos y disponga el corazón para amar siempre más y mejor. Eso te pido hoy: paz para todos y en todos lo lugares del mundo. 

Así sea. 


Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 27-31a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo yo».






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