MEDITACIÓN VIERNES IV DE PASCUA B (P. Damián Ramírez)

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielos».

"Vosotros sois la sal y la luz del mundo" (Mt 5, 13-16) 

Señor Jesús, haznos sal. Sal de la que sala sin empalagar, sin dejarlo todo baldío. Haznos sal que dé sabor,  que nos haga gustar la vida y cuanto en ella acontece. Haznos sal que grite libertad, que denuncie corrupción, que invite a probar la buena nueva y a enamorarse de su sabor y de su saber. Haznos sal como Tú. Sal de nuestro mundo.

Señor Jesús, haznos luz. Luz que ilumine las sombras, las tinieblas, los espacios que están olvidados o que nadie ha explorado aún. Haznos luz y que con ella iluminemos las periferias,  las desigualdades, las realidades indiferentes, las injusticias... y que así seamos capaces de transformar el rumbo de este mundo nuestro. Haznos luz de nuestro mundo. 

Señor Jesús, haznos sal y luz. Haznos mujeres y hombres comprometidos con tu proyecto. Danos la posibilidad de ser testigos tuyos durante este día. No dejes que nos apaguemos ante las dificultades y ante los vientos de la incertidumbre y la desesperanza. No dejes que nos convirtamos en creyentes insípidos o sin nada que contar.

Señor Jesús, haznos sal y luz que dé sabor y alumbre a todos. 

Así te lo pido. Así sea.