miércoles, 17 de abril de 2024

ORACIÓN A LA BEATA MARÍA ANA DE JESÚS



Pues que sus gracias reparte,
por tus virtudes el Cielo,
sed, María Ana, el consuelo
de aquel que llegue a implorarte.

Madrid, Corte distinguida,
ha tenido la fortuna
de haberos dado la cuna,
siendo por vos más lucida,
y pues vuestra santa vida
es de sus glorias esmalte.

Santiago su alegría
en todo la consiguió
con el Bautismo que os dio,
y también Feligresía
y pues conserva en el día
el desvelo en elogiarte.

Desde niña merecisteis
el verte en Dios reengendrada,
pues de su amor abrasada,
por tu Esposo le elegisteis,
y pues así conseguisteis
de culpa privilegiarte.

Fuiste en la Fe singular,
en la Humildad el espejo,
en la Paciencia el reflejo,
y en Caridad ejemplar:
Dios te llegó a señalar,
porque puedas por tu parte.

En la oración fue elevada
tu alma a la mayor luz,
viendo a Jesús en la Cruz,
que fue a tus hombros pasada,
y pues fuiste coronada
de espinas por ensalzarte.


A Jesús Sacramentado,
en grande amor abrasada,
y en él siempre enajenada,
fue tu espíritu entregado;
y pues por eso has logrado
de Extática el nombre darte.

No hay pena ni enfermedad,
aflicción ni desconsuelo,
en que no conceda el Cielo
por tus ruegos la piedad;
y pues Dios su Caridad
por tus manos nos reparte.

Amada de Dios Eterno,
pues lo tienes de tu parte,
sed María Ana el consuelo
de aquel que llegue a implorarte.

Ven, Esposa de Jesucristo, recibe la corona que el Señor
te ha preparado para la eternidad.

L/: Se derramó la gracia en tus labios.
R/: Por tanto, Dios te bendijo eternamente.


ORACIÓN

Señor de las virtudes, clementísimo Dios, que adornasteis a la beata virgen María Ana de innumerables dones de tu gracia, concédenos por su intercesión que imitemos sus acciones a la que reverenciamos con gran veneración. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén. 



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