Comenzó los estudios en el Seminario de Astorga y los finalizó en la Gregoriana de Roma como Licenciado en Teología y Doctorado en Derecho Canónico. En abril del año 1907 tomó posesión de canónigo doctoral de Astorga.
Su actividad sacerdotal la desarrolló entre Astorga y León hasta que su discípulo, el Obispo don Balbino, le llevó a Málaga, como Provisor y Vicario General sustituto, sin perder su canonjía doctoral en la Catedral de Astorga, pues contaba con la dispensa de obligaciones de Astorga, otorgada por Roma.
De su actuación en Málaga bastaría decir que en pocos meses se granjeó, con su trato sencillo y afable y con su competencia y excelentes dotes, el afecto y la veneración del clero y de los buenos católicos. Desempeñó su cargo con admirable acierto y fidelidad. Era un ejemplo de piedad y de celo sacerdotal, que ejerció principalmente en el confesonario de la Catedral. Hasta última hora no perdió el optimismo y su buen ánimo, desafiando peligros y diciendo que: “en último término, nos tocaría la gloria envidiable de ser mártires”.
Detenido en su casa por una patrulla de milicianos, lo metieron en un coche y lo llevaron directamente para ser fusilado al Camino Nuevo de Málaga, junto a otros dos sacerdotes. Después de levantar sus brazos en cruz, para recibir las balas dijo a sus verdugos: “Yo muero con gusto por Jesucristo, por ese en quien vosotros decís que no creéis y a quien no amáis”. Fue enterrado en una fosa común.
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