Oh Dios, que enriqueciste a tu esposa santa Inés de un admirable fervor en la oración, concédenos que, a imitación suya, teniendo siempre en Ti nuestro corazón, podamos así conseguir el fruto excelente de sentirnos hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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