jueves, 4 de abril de 2024

ORACIÓN DE LOS MÁRTIRES DE LA DIÓCESIS DE MÁLAGA DEL SIGLO XX: SIERVA DE DIOS ISABEL PIQUERAS GÓMEZ

 


Isabel Piqueras Gómez [1903 Villa Manrique (Ciudad Real) – 1936 Cañete la Real (Málaga)]

Obtenido su título de maestra nacional, fue destinada a Cañete la Real, pequeña localidad donde desde su llegada ejerció su profesión con una dedicación fuera de lo común, convirtiéndose en modelo de docente, ganándose enseguida el cariño, aprecio y respeto de sus alumnos y de los padres de estos.

Al tiempo, fue activísima catequista fuera y dentro de su escuela, colaborando con la parroquia del pueblo, labor en la que también destacó desde su llegada, a pesar de que los tiempos ya corrían enrarecidos, lo que nunca la amilanó, sino todo lo contrario, dando testimonio de sus intensa devoción; siempre que podía, además, dedicaba tiempo a obras de caridad entre los más necesitados. Su extrema dulzura en el trato con todos, no la eximía de una firme personalidad y gran decisión. Llevaba a sus alumnos y catequistas a celebrar la fiesta del Corpus Christi incluso cuando la amenazaban para que no lo hiciera. Por todo ello, se granjeó también muy pronto la inquina de los sectores de izquierda del pueblo y de los alrededores.

Mujer de extraordinaria belleza, rechazó siempre cuantos pretendientes tuvo. Vivía con su madre viuda.

El 23 de agosto de 1936, tras enterarse del asesinato por frentepopulistas de don Cándido, padre de su íntima amiga Josefa Gómez Briasco, fue junto con su madre a casa de esta para consolarla. Como la casa estaba vigilada, no tardaron mucho en entrar en ella, derribando la puerta, una treintena de frentepopulistas que ya hacía algún tiempo acechaba a las dos jóvenes.

Detenidas ambas, las llevaron hacia el cementerio. Por el camino, abusaron de Josefa delante de Isabel, terminado lo cual la asesinaron.

A continuación, y cuando llegaron al cementerio, arrojaron el cadáver de aquella, momento en que decidieron llevar a Isabel a una cueva situada frente al camposanto. En ella los frentepopulistas abusaron de la mujer y le propinaron tal clase de crueldades que la llevaron, en un momento dado, a rogarles que acabaran con ella. Tras toda la noche de abusos y suplicios, al amanecer la llevaron el cementerio donde clamando en un hilo de voz perdón para sus asesinos y exclamando ya en un susurro casi inaudible ¡Viva Cristo Rey! murió acribillada a balazos. Tenía 33 años.

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