Santa María Faustina, tú nos dijiste que tu misión continuaría después de tu muerte y que no nos olvidarías. Nuestro Señor te concedió un gran privilegio cuando te dijo que distribuyeras las gracias como tú quisieras, a quien tú quisieras y cuando tú quisieras. Confiando en esta promesa, te pido tu intercesión por las gracias que necesito…
(Se hace la petición)
Ayúdame, sobre todas las cosas, a confiar en Jesús como tú lo hiciste y así glorificar su misericordia a cada instante de mi vida. Amén.
Se reza un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Se repite tres veces: Santa María Faustina, ruega por nosotros.
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