El día que me fui te escuché llorar, pero no pude consolarte. Perdóname, escuché que me rogabas que me quedara. Escuché que te enojaste, escuché tu dolor. Perdóname por haberte causado ese dolor tan grande.
Tuve que irme, a pesar de que no quería irme. Yo te amo y siempre te amé. ¿Por qué me iría? Yo también lloré, viendo cómo me alejaba de ti, pero entonces miré al frente y no te imaginas lo hermoso que es lo que vi. Algún día lo verás con tus propios ojos, verás el bello lugar en el que yo vivo.
Ni tú ni yo entendemos por qué tuvimos que separarnos. He visto tus lágrimas, he visto tus noches de insomnio, he visto cómo miras mis cosas y extrañas un abrazo mío, pero, ¿sabes?, estoy más cerca de lo que te imaginas. Estoy feliz. Lo único que me falta para nunca dejar de estarlo es volver a ver que tú sonríes.
Tu ángel del cielo te sonríe.
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