miércoles, 16 de febrero de 2022

MEDITACIÓN MIÉRCOLES VI TIEMPO ORDINARIO C (P. Damián Ramírez)


"Le puso las manos en los ojos: estaba curado y veía todo con claridad (Mc 8,22-26) 


Señor Jesús, hazme ver con claridad. 

En primer lugar hazme ver con claridad mi propio corazón, mis historias, mis cosas, mis temas pendientes, mis cuentas sin saldar, mis heridas y los roces provocados por las luchas y batallas vividas. Imponme tus manos y cúrame. 

Señor Jesús, hazme ver con claridad. 

En segundo lugar hazme ver con claridad mi actitud, mi comportamiento y mis acciones. 

Haz que no me contente con andar en la superficie y en lo anecdótico, haz que traduzca tu Evangelio en palabras y gestos oportunos, haz que creer en Ti no sea un hobby sino el proyecto de amor de mi vida entera. 

Señor Jesús, hazme ver con claridad. 

En tercer lugar hazme ver con claridad a los que me rodean, a mi prójimo cercano y lejano, de manera especial a los que necesitan razones de vida y esperanza, a los que no te conocen y a los que sobreviven con sus heridas, sus miedos y su dignidad arrebatada. Que los vea y lea en ellos tu Evangelio. 

Señor Jesús, finalmente hazme verte a Ti con claridad, que mi fe lo sea solo y siempre en Ti, que busque tu rostro y que mi vida sea para otros sacramento de tu presencia y de tu amor incondicional. Señor, hazme ver con claridad. Sana mis cegueras y hazme luz para los otros. 

Así te lo pido. Así sea.



Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 22-26


En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida. Y le trajeron a un ciego pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó:
«¿Ves algo?».
Levantando los ojos dijo:
«Veo hombres; me parecen árboles, pero andan».
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a casa diciéndole que no entrase en la aldea.






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