jueves, 24 de febrero de 2022

MEDITACIÓN JUEVES VII TIEMPO ORDINARIO C (P. Damián Ramírez)

"El que escandalice..." (Mc 9,40-49)

Señor Jesús, vivimos rodeados de escándalos que duran unas horas o unos días y luego rápidamente son cubiertos por nuevos escándalos de los otros. 

Escándalos en la política, en la sanidad, en las empresas, en las familias, incluso en nuestra Iglesia. 

En esta mañana te pedimos:

- Aléjanos del escándalo que supone querer ser siempre el primero aunque por ello queden los otros tirados en la cuenta

- Aléjanos del escándalo que supone decir a otros lo que hay que hacer y lo que deben hacer, mientras nosotros hacemos y vivimos lo que nos da la gana, como nos da la gana

- Aléjanos del escándalo que supone decir que somos familia pero no nos tratamos como tal

- Aléjanos del escándalo que supone tener de todo y disponer de mucho más de lo que necesitamos, mientras tantos otros no tienen ni para comer

- Aléjanos del escándalo que supone la mentira y la hipocresía, la falsedad y el vivir de las apariencias

- Aléjanos del escándalo que supone decir que en ti creemos pero no llevar tu Buena Nueva por doquier, dando testimonio de lo que haces en nosotros

- Aléjanos del escándalo que supone vivir tristes y amargados, olvidando que nos regalas cada mañana el Evangelio de la alegría. 

Señor Jesús, aparta de nosotros todo aquello que pueda escandalizar a los demás. 

Acompaña nuestra jornada. 

Así te lo pedimos. Así sea.


Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,41-50

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros». 


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