2- Incluso en las adversidades mantén la calma y la cara sonriendo.
3- En el silencio de tu corazón siempre ten presente que Dios te quiere y que Él siempre te acompaña.
4- Una y otra vez, dedica tu mirada a observar y admirar las buenas cualidades de los otros.
5- Sin ningún miramiento, siempre aleja de tu vida la tristeza.
6- Evita las quejas y las críticas: no hay nada que sea tan deprimente.
7- Esfuérzate en tu trabajo y en tus obligaciones con el corazón gozoso y alegre.
8- Siempre ofrece a los visitantes una acogida afable y benévola.
9- Aleja de ti los sufrimientos y piensa como hacer llegar la alegría a los otros.
10- Repartiendo alegría, ten seguro que también la obtendrás para ti mismo.
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