¡Buenos días!
La celebración de este octavo domingo del Tiempo Ordinario nos hace pensar gracias a las lecturas que escucharemos :
Que nunca seamos ciegos que guíen a otros ciegos... Ni ciegos guiados por otros ciegos.
Que sepamos ver nuestras vigas... Y así, seamos capaces de dejar que el Señor nos las quite.
Que seamos sencillos aprendices... Nunca engreídos de maestros.
Que seamos el árbol que da buenos frutos... Plantados al lado del que es la ACEQUIA.
Y, escuchando a Pablo y a Francisco, que "no nos cansemos de hacer el bien".
¡Buen y bendecido Domingo!
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 39-45
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca».
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