Sé que soy digno de tu ayuda y amor; te pido que me concedas esta gracia que me turba, que a veces me quita el sueño y el hambre, que no hace más que dejarme vivir en zozobra. Hoy, Fray Leopoldo, elevo a ti esta oración y lo hago desde el fondo de mi corazón con todo el amor del mundo, ese amor que tú siempre me diste, ese amor que nunca me negaste.
Oh Fray Leopoldo, volteo a ti mis ojos cansados, aturdidos y agotados, pero llenos de fe, una fe que late y que hoy hace que me arrodille ante ti, conozco tus virtudes y sé que eres el único que puede ayudarme. Abro mis manos y coloco en las tuyas este dolor (aquí di tu petición). Pido tu intercesión y gracia, espero que todo esto sea para tu agrado. No me queda más que esperar la demostración de tu obra, no me queda más que sentir y esperar por tu amor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario