miércoles, 23 de marzo de 2022

EL LABRADOR Y LA CIGÜEÑA (Félix María Samaniego)


Un labrador miraba
con duelo su sembrado,
porque gansos y grullas
de su trigo solían hacer pasto.
Armó sin más tardanza
diestramente sus lazos,
y cayeron en ellos
la cigüeña, las grullas y los gansos.
Señor rústico, dijo
la cigüeña temblando,
quíteme las prisiones,
pues no merezco pena de culpados.
La diosa Ceres sabe
que lejos de hacer daño,
limpio de sabandijas,
de culebras y víboras los campos.
Nada me satisface,
respondió el hombre airado,
te hallé con delincuentes,
con ellos morirás entre mis manos.
La inocente cigüeña 
tuvo el fin desgraciado
que pueden prometerse
los buenos que se juntan con los malos.
 

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