Oh feliz guardián y esposo de la Reina de las vírgenes, que educaste a Jesús, Señor de todas las criaturas, ya reinas lleno de gozo en el coro de la multitud de los santos, ruega por nosotros constantemente al padre de las luces, para que perpetuamente podamos disfrutar de la luz eterna.
Ruega por nosotros, san José, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Concede, te rogamos, Dios omnipotente, que por la intercesión de san José tu confesor, que fue hallado digno de ser llamado padre de nuestro Señor Jesucristo en la tierra, y esposo de la gloriosa siempre Virgen María, no por la mancha de la unión carnal, sino por el mero nombre de marido, seamos liberados de todas las adversidades. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
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