¡Buenos días!
Hoy, tercer domingo de Cuaresma, Jesús nos hablará de la higuera que no da fruto.
Es una clara llamada a cambiar de verdad nuestros corazones, a convertirnos, dando frutos de amor.
El Señor, Padre paciente y misericordioso, cuenta con nosotros para dar mejores frutos en nuestras
vidas y entre quienes nos rodean.
La Iglesia celebra igualmente hoy el día del Seminario; el lema es «Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino».
Buen día hoy para pedir, dar gracias y mostrar nuestra cercanía con los seminaristas y las vocaciones sacerdotales… y para rezar y acordarnos de nuestros sacerdotes.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13, 1-9
En aquel tiempo se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús respondió:
«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».
Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador:
“Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”.
Pero el viñador respondió:
“Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».
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