"Si alguno quiere venir en pos de mí, se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga" (Lc 9,22-25)
Señor Jesús, recién hemos comenzado el camino cuaresmal hacia tu Pascua. Y desde el principio nos avisas: si queremos ir tras de Ti debemos negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz cada día y seguirte.
Danos fe y capacidad para vivir nuestro seguimiento esta cuaresma con radicalidad y hondura.
Señor Jesús, ir tras de Ti. Eso queremos aunque a menudo te perdemos la pista y andamos siguiendo a otros dioses y señores.
Haz que te veamos con claridad. Y sigamos tus huellas sin adaptaciones interesadas a nuestro paso.
Señor Jesús, negarnos a nosotros mismos ¡madre mía!
Danos la sencillez necesaria para vivir en esa dinámica de desapropiación que tu evangelio nos propone, esa disposición que nos capacita para abajarnos y servir, por puro amor. Sin esperar nada a cambio.
Señor Jesús, tomar la cruz cada día ¡qué detalle tan interesante!
Tomar la cruz, las cruces, las heridas, las cargas, los problemas, las circunstancias adversas, pero no hacerlo de vez en cuando, como si se pudiera tomar la cruz de temporada, sino hacerlo cada día.
Ayúdanos a hacernos cargo, cargar y encargarnos de nuestras cruces y hacerlo cada día.
Señor Jesús ¡y seguirte!
Aquí me tienes un día más. Hazte el encontradizo, queremos ir tras de Ti. Ayúdanos a ser fieles peregrinos en esta cuaresma.
Así te lo pedimos. Así sea.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 22-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».
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