Dios Padre nuestro, tu poder nos hace nacer, tu providencia guía nuestras vidas, y por tu mandato volvemos al polvo.
Señor, los que mueren aún viven en tu presencia, sus vidas cambian pero no terminan. Rezo con esperanza por mi familia, parientes y amigos, y por todos los muertos conocidos solo por Ti.
En compañía de Cristo, que murió y ahora vive, que se regocijen en tu reino, donde todas nuestras lágrimas son enjugadas. Únenos de nuevo en una sola familia, para cantar tus alabanzas por los siglos de los siglos.
Amén.
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