jueves, 31 de marzo de 2022

SANTA BALBINA DE ROMA, MÁRTIR



Santa Balbina, virgen romana, fue hija del carcelero Quirino. Era tanta la hermosura de esta doncella que causaba la admiración de todos. Quiso el Señor castigar a su padre, que por orden del príncipe Aureliano, gobernador de Roma, mantenía en prisión y maltrataba al papa Alejandro, y le quitó su hermosura enviándole el mal llamado de "lamparones", que la dejó totalmente desfigurada y gravemente enferma.
Había oído decir Quirino al santo mártir Hermes, a quien también tenía en su casa preso los muchos milagros que el Santo Pontífice obraba en nombre de Cristo y recurrió a él, llevando consigo a Balbina, y postrado a sus pies le prometió que si sanaba a su hija aceptaría la conversión al cristianismo. Y así lo hizo san Alejandro, porque tocándola con las cadenas de san Pedro Dios le devolvió su hermosura y su salud. En ese momento se les apareció un ángel en apariencia de niño pequeño que le dijo:
- Balbina, Jesús te ha sanado y te quiere para que seas su esposa. Procura serle siempre fiel y guarda tu virginidad para Él, que serás por ello recompensada.
Quirino, viendo a su hija sana, rebosaba alegría, y junto con su hija y otros muchos, fueron bautizados.
Balbina, consagrando su virginidad y hermosura al Esposo que se le había dado, hizo ver con la santidad de su vida cómo el cristianismo puede juntar dos dones, que son una gran hermosura y una virginal pureza.


Balbina fue apresada por Aureliano, perseguidor de los cristianos, por haber dado sepultura al mártir san Hermes. Por no renegar de su fe y después de múltiples tormentos soportados por su frágil cuerpo con entereza, Aureliano la condenó a morir decapitada el 31 de marzo del año 168.








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