martes, 30 de julio de 2019

CUARTO MANDAMIENTO DE LA LEY DE DIOS

A nuestros padres les debemos la vida, la casa, el alimento, el vestido y la educación que recibimos. Nuestros padres nos cuidan mucho cuando estamos enfermos y nos defienden y protegen siempre. Por eso, después de los tres primeros mandamientos que se refieren a nuestros deberes para con Dios viene el cuarto que dice: Honrarás a tu padre y a tu madre, para que sepamos que, después del amor que al Señor debemos, estará siempre el amor a nuestros padres.
Honrar a los padres es quererlos mucho, obedecerles siempre, socorrerlos en sus necesidades y reverenciarlos.
La Sagrada escritura habla de estos deberes en muchos de sus libros. Así, por ejemplo, leemos en el Eclesiastés:
El que teme al Señor honrará a su padre y a su madre... Alivia a tu padre en su vejez y no le des sentimiento alguno durante su vida... La caridad que usares con tu padre no será puesta en olvido.
Y San Pablo dijo:
Obedeced a vuestros padres en todo lo que es conforme a la voluntad del señor, es decir, en todo lo que es bueno.
Los niños deben tener por modelo al Niño Jesús, amando y obedeciendo a sus padres como Jesús amó y obedeció a la Virgen María y a San José.
Pero no solo tenemos deberes para con nuestros padres. También los tenemos para con los mayores de edad, dignidad y gobierno, principalmente para con nuestros maestros, a los que debemos amor, respeto, obediencia y gratitud.
El cuarto mandamiento comprende igualmente los deberes de los padres para con sus hijos y los de superiores a inferiores.
Los padres deben amar a sus hijos, alimentarlos, educarlos cristianamente y darles oficio o carrera según sus posibilidades. 

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