Oremos por todos los padres del mundo, pero sobre todo por aquellos jóvenes que, al recibir la noticia de que serán padres, sienten temor y desesperación. Imploremos para que el Espíritu Santo los guíe y fortalezca, pero sobre todo para que sientan el inmenso amor que Dios les tiene y que nunca se sientan solos, pues el Dios de amor que todo lo ve jamás los abandonará.
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