Dios mío, dame en este día la gracia de vivir de tu amorosa Providencia y de comprender que nada ni nadie puede ocupar en mi corazón el lugar que solo te pertenece a Ti.
Ni el dinero, ni la fama, ni el poder, ni los placeres pueden en mi corazón ocupar el lugar que es solamente para Ti.
¡Bendita Eucaristía, enamórame de Ti!
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