Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino, le has concedido el insigne privilegio de participar, de modo admirable, de la pasión de tu Hijo, concédeme, por su intercesión, la gracia de ... que ardientemente deseo, y otórgame, sobre todo, que yo me conforme a la muerte de Jesús para alcanzar después la gloria de la resurrección.
Gloria al Padre... (tres veces).
No hay comentarios:
Publicar un comentario