Señor, da al menos algunas migajas de la alegría de las vacaciones a los que no pueden descansar porque están enfermos, discapacitados, demasiado ocupados, o son demasiado pobres.
Dame la gracia de llevar, por dondequiera que pase, el aliento ligero de tu paz, como la brisa de la noche que viene del mar y que nos descansa del calor de los días.
Dame la gracia de llevar, por dondequiera que pase, un poco de amistad, como una brizna de lirio, una sonrisa al transeúnte desconocido, una mirada a quien está solo y esperando...
Saber redescubrir a los que viven a mi lado y que ya no sé ver porque forman "parte del mobiliario". Que yo sepa verlos con admiración porque Tú los amas y son tus hijos.
Ser servicial y cálido para mis vecinos de barrio o camping, y que mi "hola" no sea una palabra distraída, sino el deseo verdadero de un buen día, si es posible lleno de Ti, mi amigo, mi Señor, que siempre está a mi lado cuando lo olvido.
Porque Tú no puedes dejar un momento de amarme en el corazón mismo de la libertad, en el corazón de este tiempo de vacaciones que debería estar lleno de Ti.
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