Padre bueno y misericordioso, mi alma te alaba y mi espíritu se alegra en tu presencia. Te doy gracias porque me bendices incondicionalmente y puedo sentir el amor de padre que le das a mi vida.
Reconozco, Señor, que te vales de las situaciones cotidianas y de las personas que están a mi alrededor para mostrarme que eres un Dios de amor y de misericordia.
Te ruego que me regales sabiduría para entender tu voluntad en mí a través de los demás, de sus necesidades, sus problemas y la manera en que también ellos bendicen mi vida.
En esta noche presento ante Ti mi corazón y mis pensamientos para que seas Tú quien viva en mí. Deseo abandonarme, dejar de lado el orgullo, el resentimiento y todos los sentimientos que me apartan de tu amor.
Toma mi vida, Señor, y obra en ella con tu gracia, ilumina mi actuar, mi pensar y mi hablar. Mañana será un día nuevo y quiero aprovechar la oportunidad que me das para ser una mejor persona.
De manera muy especial te pido por las necesidades de todas las personas que rezan con fe esta oración; dales fortaleza y ayúdales a cruzar ese desierto que están pasando.
Te encomiendo a toda mi familia de origen y opción y a todos mis amigos, para que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar con salud y con gozo el amanecer de un nuevo día.
Es de noche, Señor, y te decimos "quédate con nosotros".
Bendícenos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario