miércoles, 17 de julio de 2019

EL NIÑO MALCRIADO

Una señora tenía un hijo, y temía tanto el que cayese enfermo contradiciéndole que se había vuelto un pequeño tirano y se enfurecía a la menor resistencia que se atrevían a hacerle a sus voluntades más caprichosas. El marido de esta señora, sus parientes y amigos le representaban que perdía a este hijo amado, pero todo era inútil.
Un día que esta señora estaba en su cuarto, oyó a su hijo que lloraba en el patio. Se arañaba el rostro de furor porque el doméstico no le daba lo que quería.
- Eres muy impertinente -le dijo a este criado- en no dar al niño lo que pide.
- A fe mía, señora -respondió el criado- que bien podrá estar gritando hasta mañana, que no la tendrá.
A estas palabras la señora se puso furiosa y casi le quiso dar una convulsión. Va corriendo, y pasando a una sala en donde estaba su marido con algunos de sus amigos, le pide que la siga, y que eche fuera al desvergonzado que se le opone. El marido, que era tan feble para la mujer como esta para su hijo, la sigue encogiéndose de hombros, y la compañía se asomó a la ventana para ver qué era la cuestión.
- Insolente -le dijo al criado-, ¿cómo tienes el atrevimiento de desobedecer a la señora, negando al niño lo que te pide?
- En verdad, señor, la señora misma no tiene más que dárselo. Hace un cuarto de hora que está queriendo la luna en un vaso de agua, y quiere que yo se la dé.
A estas palabras el marido y los concurrentes no pudieron detener la risa, La señora misma, a pesar de su cólera, no pudo tampoco dejar de reír, y se avergonzó tanto de esta escena que se corrigió y llegó a hacer un hijo amable de este pequeño ser malhumorado y voluntarioso.
¿Cuántas madres tendrían necesidad de otra aventura igual?

No hay comentarios:

Publicar un comentario