miércoles, 3 de julio de 2019

MAMI, PERDÓNAME

- Erick, ¿ya llegaste tan temprano del colegio? -dijo su madre.
- Mami, perdóname.
- ¿Y por qué quieres que te perdone, chamaco malcriado? -respondió su madre.
- Mami, ¿me perdonas?
- ¿Ahora qué hiciste en la escuela? Ya me tienes cansada, llegaste solo para arruinarme la vida.
- Mami, perdóname, por favor.
(En ese momento suena el teléfono).
- Buenos días, ¿la mamá de Erick?
- Sí, soy yo. Dígame, ¿qué hizo ahora ese demonio?
- Señora, es que su hijo estaba jugando y...
- ¿Qué hizo?
Ella empezó a gritarle al niño por toda la casa:
- Erick, ¿qué hiciste en tu escuela? ¡Tu profesor me está llamando!
Un silencio arropó la casa.
- Señora, lo que pasa es que Erick subió a la azotea de la escuela, queremos creer que a jugar, aunque no sabemos con exactitud qué hacía solo arriba en el recreo. Ninguno de los maestros se dio cuenta y...
- ¿Y qué pasó? ¿Hizo algún daño? ¡Dios mío, lo que me faltaba!
- No, señora, creemos que resbaló, pero muchos niños aseguran haberlo visto aventarse y cayó al primer piso. Recibió un golpe muy fuerte en la cabeza. Los médicos no pudieron hacer nada para salvar su vida. En este momento se lo están llevando para hacerle la autopsia. Necesitamos que se presente para reconocerlo.
- ¡Nooo, mi hijo no! -gritó mientras soltaba el teléfono y corría al cuarto de su hijo incrédula.
Al llegar ya no vio a su hijo, solo sintió su voz como un aire frío en su oído que le dijo:
- Mami, perdóname por portarme mal y dejarte sola.

Tengamos paciencia con nuestros hijos. Hay que amarlos mucho, con disciplina pero siempre con amor de por medio. No le echemos la culpa de nuestros problemas; ellos no tienen que cargar con un peso que no les corresponde. Debemos respetarnos todos en el hogar. No cometamos un error con nuestros hijos del que podamos arrepentirnos toda la vida...

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